Por Efraín Otaño Gerardo
“la lengua es la principal arma
del envidioso...
Y la única opción del mediocre”.
El escritor salió,
...impaciente
en busca de sus letras:
Pidió un abecedario prestado,
no se lo concedieron,
¡era de área dollar!
El escritor tenía sed,
buscó desesperado los ríos;
no pudo saciarla,
¡el pozo de la ignorancia estaba revuelto!
El escritor padecía por el frío,
se refugió en la hoguera de los siglos;
¡el calor le supo a desigualdad!
El escritor buscó su sangre,
la habían expulsado al planeta del olvido
¡Y quedó rodeado de impaciencia!
El escritor se unió a la muerte
y solo la muerte
le regaló un lugar tranquilo
donde escribir el esqueleto de sus versos.
El incógnito escritor de las mañanas grises,
desapareció.
Oajalá tú nunca desaparezcas, como escritor. Imagino que te hayas inspirado en alguien más. Me gustó, y el blog está muy bueno. Lo enlacé a mi blog. Un beso
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