Paso el tiempo entre dos mundos:
el rocío de la vereda
y la mano de Dios...
Debo refugiarme y ocultar cualquier pretexto que me lleve al lodazal.
No soporto la inquisición de los mediocres que se revuelven furiosos ante la ansiedad de no aportarle nada al paisaje.
Ni los gusanos comerán de sus huesos,
están carcomidos por el odio.
En una cuneta cualquiera recogerá las migajas de un sueño que nunca tuvo...
Pobre criatura que carroñea las sobras.
pobre criatura que pierde el tiempo en un solo mundo.
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