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miércoles, 12 de enero de 2011

Ciénaga cultural, sumatoria de herencias dejadas.(I)

Efraín Otaño Gerardo
 
La cultura es, entre otras muchas cosas,
un conjunto de tradiciones, reglas,
símbolos que toman forma y se representan
como sentimientos, pensamientos y conductas
de grupos de personas(...)

La cultura puede ser definida en un sentido amplio,
como todo lo cultivado por el hombre,
ya que comprende el total de las producciones humanas,
tanto en el ámbito material, así como en el espiritual (...)
(Tomado de fuentes diversas)



 Memoria, folklore, tradiciones y oralidad en el territorio cenaguero.


Aborígenes,  herencias dejadas.

En “El Silencio de los Pantanos”, de un colectivo de autores matanceros, en los que se encuentra el espeleólogo, Adrián Álvarez Chávez, se muestran evidencias de la aparición en el territorio cenaguero de rasgos de la cultura neolítica, una de las comunidades indígenas cubanas de mayor desarrollo social y productivo, dedicándose fundamentalmente a la agricultura y a la cerámica, lo que trajo consigo la confirmación de que en la Ciénaga de Zapata no sólo existían evidencias de una cultura protagonizada por el hombre Mesolítico Medio, quien tuvo como vías de origen el norte del continente suramericano a través del arco antillano en fechas que oscilan entre  los años 2000 y 1000 A.N.E, siendo la industria de la concha el rasgo distintivo de estos hombres prehistóricos cenagueros, quienes con técnicas muy rudimentarias construían diferentes tipos de vasijas, platos, cucharas, gubias, picos, martillos, raspadores, cuchillos, hachas, puntas para lanzas y arpones.
Sin embargo, el hallazgo en la zona de Cocodrilos, de sendas hachas petaloídes, características de la cultura mesolítico vino a confirmar la existencia de este grupo aborigen dentro de la zona sur de Matanzas.
El historiador de nuestro Municipio, Julio Amorín Ponce, nos reafirma:
(...)Así se confirmaba la teoría migratoria de los hombres agro alfareros en la región, que establece la procedencia de la Bahía de Cienfuegos (Jagua), cruzando por la Ciénaga rumbo noroeste hasta Canimar (Matanzas) y Habana. (…)
(…)Eran portadores de técnicas agrícolas de determinado nivel de desarrollo con una antigua tradición ceramistas. (…)
(…)La Cerámica, generalmente es lisa y no está decorada; en los casos de decoración no incluyen la pintura, por lo que podemos afirmar que es monocroma, oscilando entre los colores pardo oscuro (casi negro) y pardo claro, algunas veces de color rojizo, todo en dependencia del sistema de cocción y del material empleado por el artesano indígena.(…)
(...)Las Hachas Petaloídes distinguen al hombre neolítico, por su gran hechura y valor estético. Construidas de piedra muy  dura, dan la medida de cuan más hábil era este artesano con respecto a su homólogo mesolítico. (AMORIN PONCE, J.A. Compendio Histórico del Humedal, Documento inédito de la oficina del historiador, consultado 2009)
 (...)La historia de la arqueología aborigen cenaguera comenzó, cuando el intrépido ingeniero Juan Antonio Cosculluela Barrera quiso averiguar si el relato del señor José Caro (vecino de la finca Cocodrilos) era cierto, y en consonancia realizó una expedición hacia el enigmático caney de muertos o cementerio de Indios edificado en  el Cayo Guayabo Blanco. (AMORIN PONCE, J.A. Estudiosos de nuestra Prehistoria, documento inédito de la oficina del historiador)
Estos estudiosos de la Antropología indican un nexo de comunidad: que en Ciénaga de Zapata se encuentran monumentos iguales a los que abundan en la cuenca del Mississippi.
(..)  Los restos de animales encontrados en Guayabo blanco donde predomina la Jutía, Jicotea, etc. nos prueba que la alimentación del Indio de Zapata ya no era solo de pescados y moluscos. Indicando una etapa superior a los de Santa Teresa (…) esto  demuestra una cultura superior con rasgos de la anterior entre los agricultores ceramistas con respecto a los recolectores pescadores (…) (COSCULLUELA BARRERAS, J. A., Cuatro años en la Ciénaga de Zapata, segunda edición, La habana, Editorial Taller “Mario Reguera Gómez”, 1965, p70-73)
La investigación Arqueológica puede determinar algunos otros elementos de importancia:
Pulimentos de las piedras, presencia de útiles de barro, metal, cuchillo de concha y otros objetos que indique el proceso industrial de sus constructores.
 Las construcciones sobre pilotes resultaban ser la base de una población lacustre dedicada fundamentalmente a la pesca.
La Laguna del Tesoro presenta vestigios de esos grandes pilotes de madera de yana, que teniendo en cuenta la gran abundancia de peces, su abrigada situación, no es de dudar que existieron en remota época grandes poblaciones lacrustes en ella, pues la tradición conserva un significativo rastro de su población, al explicar que su nombre se deriva de los tesoros que los Indios depositaron en sus aguas al enterarse del desembarco de los Españoles para conquistar la Isla.
De estos acontecimientos  solo se hablaba, hasta que un grupo de trabajadores que participaban en la construcción del centro turístico Guamá, en el año 1963 hallaron evidencias que demuestran la realidad.

 (...) Varios trabajadores que concluían a inicios de 1963 algunos detalles como su mirador, encontraron el cráneo de una india que antropológicamente era similar al de Guayabo Blanco, una vasija navicular de madera, tres bastones de mando, azagayas o armas arrojadizas decorados con surcos anulares transversales y regularmente espaciados, además de un cucharoncillo de madera de forma alargada. (AMORIN PONCE, J.A. Estudiosos de nuestra Prehistoria, documento inédito de la oficina del historiador, consultado 2010)
La Flora y la fauna; las leyendas que se derivan de ella y el patrimonio cultural que nos legó, constituyen un buen ejemplo de este proceso de transculturación.
El Manjuarí representante de  la fauna ictiológica, esos objetos de variadísimos y controvertidos cuentos.
La Ceiba,  uno de los árboles que crecen en los bosques cenagueros, fue señalada como sagrada y nació un culto que ha dejado huellas muy significativas a lo largo de los habitantes  de la cuenca constituyendo una de las supersticiones forestales más arraigadas.
Verificaban los indígenas cubanos, los bailes en los bateyes formando delante de sus bohíos y danzando alrededor de una Ceiba que siempre existía colocado en ella, pues su tronco majestuoso representaba el sol, astro que veneraban y a quién rendían culto.


En la Toponimia se observa, igualmente designios de la Cultura Indígena: Yaguarama, Habana,  Hatiguanico  y Sinú por citar algunos son ejemplo de ellos.
El cultivo de la yuca hasta nuestros días. Los bailes y el juego de batos pueden ser perfectamente, antecedentes de los rítmicos bailes cubanos y de nuestro pasatiempo Nacional.
Pintarse  los rostros y cuerpos con bija y fango eran características en los Indios de la Ciénaga de Zapata, pudiéndose comparar con los maquillajes para el teatro y la danza actuales.
El arte de la cerámica también constituye ejemplo de transculturación primitiva hasta nuestros días, el taller creado en la Boca de Guamá por la escultora Rita Longa, se dedica a la alfarería, no tan rudimentariamente como lo hacían nuestros ancestrales subtaínos.
 (...) Guamo I o Socorro, reportado como Sitio de habitación aborigen neolítico el 26 de febrero de 1999, constituye el mayor regalo recibido por la osadía: Cientos de fragmentos de cerámica, asas con representaciones, cuentas, hachas petaloídes, restos óseos humanos y de la dieta, y fragmentos de burén, no dejan lugar a las dudas): El hombre prehispánico neolítico, hizo un óptimo uso de las tierras ferralíticas rojas – escasas en la ciénaga – y que sustentan al asiento del Soplillar desde hace un siglo.(...)  (AMORIN PONCE, J.A. Estudiosos de nuestra Prehistoria, documento inédito de la oficina del historiador, consultado 2010)
(Continuará)



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