Mi lista de blogs

lunes, 17 de enero de 2011

Ciénaga cultural, sumatoria de herencias dejadas.(II)

Efraín Otaño Gerardo

La cultura es, entre otras muchas cosas,
un conjunto de tradiciones, reglas,
símbolos que toman forma y se representan
como sentimientos, pensamientos y conductas
de grupos de personas(...)

La cultura puede ser definida en un sentido amplio,
como todo lo cultivado por el hombre,
ya que comprende el total de las producciones humanas,
tanto en el ámbito material, así como en el espiritual (...)
(Tomado de fuentes diversas)

¡Y en eso llegó Colón!

Uno de los Fenómenos de transculturación más importante para los cubanos fue sin duda la llegada a nuestra Isla, de los españoles.
Colón bordeó la costa sur de la Ciénaga, recogen las crónicas de la época:

(…) “Que la Tierra Firme estaba rodeada de  profundas lagunas  y cenagosas costas en que crecían los árboles dentro del agua (…)” (…) Y ellos hacían imposible su acceso a la flota (…)  (COSCULLUELA BARREARS, J. A., Cuatro años en la Ciénaga de Zapata, segunda edición, La habana, Editorial Taller “Mario Reguera Gómez”, 1965, p143)
En 1518 la flota de Hernán Cortés se proveyó en esta zona:
(…) En Jagua, Cochinos y la Broa, contaban con una gran cantidad de puercos de variadas clases, y ya cuando Cortés salió para la conquista del imperio azteca, en varias de esas haciendas, Avitualló su flota (…) (COSCULLUELA BARREARS, J. A., Cuatro años en la Ciénaga de Zapata, segunda edición, La habana, Editorial Taller “Mario Reguera Gómez”, 1965, p164)
El fomento de la Ganadería (Porcino y Vacuno) comienza en esta época.
Leyendas como la del Indio viejo (Los Hondones). La del legendario Tata Lechuzo, la del indio triste (Cerca de Charcas) apariciones y tesoros dejados por los piratas y Bucaneros en todo el litoral forman parte de las narraciones orales de los Cenagueros de hoy. 

Bucaneros, filibusteros y piratas de Cochinos. El arte de la sal.

La bahía de Cochinos con sus cayos adyacentes incluidos, fueron refugio seguro para   la piratería, (1530- 1830), solo superada en el Mar Caribe por Jamaica y las Islas Tortugas.   Sitio indispensable para el avituallamiento de  aquellos terribles hombres de mar, sobresaliendo: Diego Pérez y Gilberto Girón,   inmortalizados por la toponimia  del lugar:
Diego Pérez  cedió su nombre  al cayo que le propiciaba su estancia por estos lares tan desolados por entonces, sirviéndole tanto como abrigo de su tripulación, como para reabastecerse de alimentos y otros utensilios utilizados posteriormente en sus aventuras marítimas.
Por su parte, Gilberto Girón cedió su apellido a una playa que trasciende  gracias al patriotismo del pueblo cubano, que en abril de 1961, le propinó al imperialismo norteamericano su primera gran derrota militar en América Latina y por ser uno de los protagónicos de uno de los pilares de la literatura cubana, devenido en elemento clásico de la cultura nacional: “Espejo de paciencia”.


En el Compendio Histórico elaborado por Julio A. Amorín Ponce se destaca esta actividad entre las que han dejado hasta nuestros días elementos culturales que identifican la variedad de la gama actual en la idiosincrasia del cenaguero:
(…)La prolongada presencia de bergantines, veleros, pataches y bajeles con bandera negra y osamenta humana como símbolo, no solo enturbiaron las cálidas aguas del mar caribe que baña nuestro litoral, sino también influyeron notablemente en la primera actividad económica (ganadería) y folklore de la cuenca.
Son numerosas las anécdotas y leyendas que se han conservado a través de la historia oral hasta nuestros días, relacionadas con estos sanguinarios hombres: “barcos, luces, cadenas, fabulosos tesoros y derroteros piráticos, deambulan todavía por toda la gran ciénaga gracias a la imaginación y búsqueda incesante del nativo longevo”.
Muchos topónimos apuntan hacia aquellos “bandoleros de mar”: Los ya citados Diego Pérez y Girón; caletas Ávalo, El Inglés; Buenaventura, que tuvo en su fundador (Diego Ventura) a un cercano pariente de tales malhechores.
 Los Bucaneros (piratas en tierra), transfirieron costumbres y formas de preservar la sal para curar los cueros y tratar las carnes. Resulta que los Lobatos (fundadores del batey de San Lázaro) conservaron durante mucho tiempo tal maña bucanera, veamos:
Ellos, aprovechando las ventajas que le proporcionaba la situación geográfica del batey – relativamente cercano a la única salina cenaguera – transportaban en sacos, alforjas o catauros con la ayuda de mulos, la necesaria sal;depositándola en el mismo sitio pronto se conformaba una gran pila que se cubría con guano cana y leña seca, quienes al ser  pastos de las llamas de un fuego intencional, la capa de sal externa tomaba una consistencia tan dura e impermeable, que podía soportar el sol y agua por gran espacio de tiempo, sin que la que se hallaba en el interior recibiera algún daño. Así cuando se necesitaba de ella, solo era necesario abrir un orificio y extraer la sal tal cual como se había colectado en la vital salina. (…) (AMORIN PONCE, J.A. Compendio Histórico del Humedal, Documento inédito de la oficina del historiador, consultado 2009)


No hay comentarios:

Publicar un comentario