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miércoles, 12 de enero de 2011

Preámbulo de flores silvestres.


Por Efraín Otaño Gerardo

Vengo de allá, de la ciénaga,
del redimido pantano…
Indio Naborí


La Historia de la Ciénaga de Zapata, todo lo contrario de lo que algunos puedan  pensar, es rica en acontecimientos trascendentales, hechos inolvidables y una variada y por muchos desconocida vida cultural y patriótica.
La conocida, concebida y trascendental victoria de Playa Girón, marca sin duda un hito en la historia de Cuba y del mundo.
El hecho de contar con 43 sitios de enterramientos aborígenes reconocidos; de 11   mambises que participaron en las guerras por la independencia de Cuba; topónimos que reconocen la presencia de corsarios, piratas y filibusteros; pasos obligados en la trata de negros esclavos, asiento de hispanos inmigrados al territorio, dueños de una cultura propia; la creación en suelo sureño de un Sindicato Obrero Forestal que luchó por su emancipación y otros rasgos culturales de trascendencia, hacen del territorio del sur, un diamante en bruto digno de pulir. Nos enorgullece haber nacido Cenaguero.

Es necesario  comenzar  exponiendo, de manera sintetizada, una panorámica de la vida sociocultural de la Ciénaga de Zapata antes del 1ro de enero de 1959.

La península de Zapata, a principios del siglo XX, se caracterizó por ser una tierra habitada, fundamentalmente, por emigrantes españoles y canarios, que en busca de supuestas mejoras económicas y tratando de evadir el Servicio Militar, viajaron en masas hacia la Isla, escogiendo muchos de ellos, lugares apartados como la zona boscosa del sur de Matanzas, donde se dedicaron a la producción de carbón vegetal y el corte de madera de diferentes tipos.
Las condiciones de vida eran pésimas: “varaentierras” y en los mejores de los casos, ranchos de guano y tabla, en diferentes  puntos humedal.

Especie de choza donde vivían la mayoría
de las familias cenagueras de antaño (fotos archivo: Girón,Antes y después)
 

 
En tiempos de lluvia, obligados por la creciente o subida de las aguas de la gran cuenca de Zapata, buscaban para sus faenas productivas y pernoctaban por periodos de hasta 4 ó 5 meses, los lugares más altos; y fueron construyendo “a punta de palo” y gran dedicación, una red de canales que le permitía sacar a terreno firme, tanto la leña utilizada en el horno del carbón, como este producto propiamente dicho.
El acompañamiento del silencio del paraje y la presencia de un enjambre de mosquitos y jejenes, eran las principales “riquezas” que encontraron los gallegos e isleños llegados a la península.
Poco a poco se fueron fomentando pequeños bateyes o “chuchos” carboneros, y apareciendo, igualmente las primeras familias cenagueras.
Es obvio imaginar las manquedades y sacrilegios a los que eran expuestos los habitantes de esta vasta región.
A pesar de que la mayoría de las familias  cenagueras de entonces contaban con el sostén alimenticio indispensable; (Y aclaro esto porque conozco de autores que han mencionado el tema: es cierto que el alimento era retribuido por el trabajo realizado, pero todo aquel que trabajara duro, al menos tenía para comer y alimentar a los suyos). Decía que a pesar de contar con este sostén alimenticio, las familias cenagueras se veían privadas de atenciones Sociales indispensables para la vida.
La Educación, (solo presente para un mínimo de cenagueros), la salud, la seguridad social, un gobierno que atendiera las preocupaciones de los pobladores, eran palabras que no existían en el lenguaje de los habitantes del humedal.
Las vías de comunicación con las poblaciones vecinas eran mínimas y de poca frecuencia. Un ferrocarril que unía al central Australia con el batey Buenaventura, otro ferrocarril que atravesaba la Ciénaga Oriental de Zapata, desde el central Covadonga hasta Viradero,  el médano (que el montañés llamaba el mégano) especie de camino de arena que unía a Jagua de Punta Perdiz, vía por donde podían transitar algunos camiones pequeños y camionetas, trillos y carriles para el paso peatonal y de bestias, y por vía marítima  goletas y chalupas que recorrían en funciones de recoger carbón, polines y otras maderas, los canalizos de Hatiguanico, Santo Tomás, Maneadero y las Zanjas de Guamutal, a través del estero de Punta Arena. Estas chalupas, bongos o canoas, también servían como medios de transportes de víveres y personas.

Resumamos pues diciendo que al triunfo revolucionario de enero del 59, la Ciénaga de Zapata era un lugar inhóspito, de difícil acceso, con una atención social prácticamente nula y de muy bajo nivel cultural, educacional y de salud. Sin el más mínimo asomo de respeto y consideración humana por parte de los gobiernos de turno.

…Y EN ESO LLEGÓ FIDEL

… EL PRIMER GRAN Plan de la Revolución victoriosa para transformar la naturaleza Cubana, se dirige a beneficiar a los miles de parias que vivían en los pantanos de Zapata. 
Antonio Núñez Jiménez

Desde los mismos inicios de la Revolución Cubana, y cumpliendo el programa del Moncada, el entonces presidente del INRA, y Primer Ministro, comandante en jefe del Ejercito Rebelde, Fidel Castro, concibe el programa de desarrollo de la Ciénaga de Zapata.

Ángel Fernández Vila, delegado del INRA en Ciénaga de Zapata en 1959, comenta en sus vivencias que cuando Fidel le encomendó la tarea de trabajar en el proyecto que el INRA tenía concebido para la Ciénaga de Zapata lo ayudó a la toma de conciencia revolucionaria

Lo primero que hizo la Revolución en la península de Zapata fue intervenir los grandes latifundios existentes. Así pasaron a manos del pueblo más de 268000 Hás. Luego se organizó en Cooperativas de Aprovechamiento Forestal, la fuerza de trabajo con que se contaba con su respectiva Tienda del pueblo diseñada por el INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria).

Felipe Morejón y José “pepe” Rios, carboneros por aquellos días coinciden en afirmar:
“La gente que vino de la Habana nos reunió a todos los carboneros de la zona y nos explicó que todo aquel corte de Guamutal pasaba a propiedad nuestra, es decir, de los trabajadores, pa´nosotros aquello  tuvo un impacto tremendo, figurase  usted, los que hasta ese momento habíamos sido explotado por los dueños del corte, ahora íbamos a ser los dueños y dirigidos por uno de nosotros, increíble”

En testimonios del entonces Capitán Vila se reafirma la constitución de la cooperativa:
“Inmediatamente reunimos a los trabajadores de aquel corte y lo declaramos propiedad del estado y explicamos que teníamos la misión de crear cooperativas forestales que fueran administradas por los mismos carboneros de allí. Figurase usted la reacción de aquella gente, humilde en su totalidad, al escuchar que la nueva Revolución triunfante, que el nuevo Gobierno venía a sus propios lugares a entregarles la tierra que tanto habían deseado. Para ellos tuvo un impacto tremendo. Elegían allí mismo a los miembros y al presidente de la cooperativa de aprovechamiento forestal”

“Se decía que esas tierras eran del Estado, pero realmente estaban en manos de grandes latifundistas que explotaban a esos seres humanos. También se les expuso que gozarían de un crédito inicial para comprar en lo que serían las “Tiendas del Pueblo”, que pronto se comenzarían a construir a lo largo de la Península.

La Construcción de caminos y carreteras
constituyó una prioridad para el INRA (fotos archivo, Girón, Antes y después)

La construcción de carreteras, centros turísticos, red de viales, escuelas, hospitales, entre otras prioridades del Gobierno revolucionario, constituyeron los primeros pasos de una Revolución triunfante. Pero “¿quién ha visto carbonero con zapatos?”. En horas de la madrugada del 19 de abril de 1961, por Playa Girón y Playa Larga, una brigada mercenaria vino para intentar robarnos la alegría. ¡Que chasco! Se cambiaron por compotas.


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