Por Efraín Otaño Gerardo
Para mi amigo Jordi
¿Por qué cierras la mañana
si está floreciendo el día?
¿Por qué tanta cobardía
guardada en una ventana?
¿No ves la luz que engalana
a tu fondo triste y gris?
Busca delante el matiz
que brota desde el crisol,
¡No niegues al girasol
con su amarillo feliz!
El cuerpo lleva la espina
de una perfidia brutal
y tu color natural
se va perdiendo en la ruina.
En los pétalos germina
un monte de camuflaje,
y aunque te mojes el traje
con esa lágrima verde,
tu corazón no se pierde
en la capa del paisaje.
Tu corazón amarillo
en el núcleo de la frente
es el sol, que eternamente
gira y no esconde su brillo.
El que deja en cada trillo
Paz, esperanza y sosiego,
por eso lanzo mi ruego
contra ese negro conjuro
y rescatar de lo oscuro
los girasoles de fuego.
Porque hay misterio escondido
en la sublime mirada
de un girasol. Lleva en cada
movimiento, el encendido
color que busca sentido
en luchar con los enojos,
en él florecen antojos
difíciles de quitar,
porque es capaz de matar
con el rayo de sus ojos.
Después no, después lo encuentro,
lo tengo... lo abrazo, imploro
que sea el mejor tesoro
que lleve el alma por dentro.
Hay quietud. Me voy al centro
del placer, voy embriagado...
y en el pétalo dorado
que brindas en tu arrebol,
le dices adiós al sol
hasta ocultar el pecado.
gGracias Efrain esto me gusto mucho y lo agregare a mi bloger...un abrazo
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