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miércoles, 17 de noviembre de 2010

Voz y Eco.

Espacio del taller Literario Municipal,  Ciénaga de Zapata


 

                                

             Pedro Luís Perera

Euforia

Cuando en mis pasos te encuentre
Perderé miedos ancestrales
Y añejados enconos;
Abrazaré las bondades de los dioses
Y la frescura del río parlanchín.
Cuando bese la inmensidad azul
Creeré tener arrebatos infantiles
En hojas de tiempo marcado
Gritaré a las moscas
Y a los transeúntes dormidos,
Correré gozoso tras los vientos y las cosas
Sin que se apague la risa.
Cuando cerca te encuentre,
Me perderé en los montes
Y saltaré a sus hijos
Para dormir fragante en sus mullidos pies
Soñaré seguro que no estoy con vida
Creeré sin duda que vas naciendo.
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Pedraplén hecho en Ciénaga de Zapata
a principio de 1959, comienzo de la construcción
de las carreteras en el territorio.


Soneto a los amigos del pasado
            






                                      Mauricio Almeida                   




En un lejano pueblo ya olvidado
El invierno en mi pelo comenzaba.
Cierta tarde en que triste caminaba,
Encontré a los amigos del pasado.

Y me vi de repente transformado
En aquel inmaduro adolescente,
Que aunque remoto su calor ardiente
Revivió un corazón muy destrozado.

¡OH, tiempo que separas a la gente,
La pierdes por el mundo, la feneces,
Aliado por el mar y la distancia!

¡Como añoro el pasado permanente!...
Tú sabes que he llorado muchas veces
Por mis viejos amigos de la infancia.

Locura prestada





                              Fernando Edesio Rodríguez  
                                                             
(Al Taller Literario)

Préstame tu locura,
Préstame tu locura y te prometo
Que la voy a enarbolar como bandera
Para clavarla en el centro del cubil de los escépticos.
Préstame, o mejor, préstanos
Esa locura simple
De agrupar un grupo de soñadores,
De esos que huelen a carbón, a soplillo, a costanera,
Que sencillamente huelen a ciénaga
Y hacerlos pensar y poner al desnudo lo que piensan.
Préstanos, o mejor, no nos prestes
Tomemos entre todos tu locura
Y retemos a los que opinan
Que no somos capaces
De aportar nuestro grano de arena
A la cultura,
Esa que llevamos en los huesos
Como se lleva el ADN de nuestros ancestros
Aquellos que nos dieron lo que somos
Y nos siguen dando sus formas
Para que no olvidemos
Que somos cenagueros.


Nostalgias desde el portal.


Efraín Otaño Gerardo
   
Mire al mar, en sus enaguas
salobres se balanceaba
el naufragio, y anunciaba
la insurrección de las aguas.
Las olas, potentes fraguas
forjaban con su embestida
cada roca, que en su herida
dejaba un grito alarmante,
como el velero distante
que dice adiós a la vida

A lo lejos, la gaviota
pescaba a ras del azul,
y yo revolqué el baúl
de los recuerdos, la nota
más antigua, medio rota,
fue mi primer vendaval,
porque me envolvió, fatal,
entre los sueños de ayer,
para ponerme a tejer
nostalgias desde el portal.

Espacio post mortem


El taller Literario que lleva por nombre “Pepe Anca”, de la Casa de las Tradiciones, de Pálpite, ha querido rendirle un sencillo homenaje, en este espacio post mortem, a quien fue por mucho tiempo, poeta y defensor de las tradiciones campesinas en Ciénaga de Zapata: José Anca Lobato (Pepe).
Muchas son las cosas que se podría decir de Pepe Anca y siempre resultaría insuficiente lo que se haga, pero pensamos que lo más importante es recordarlo como él quería, “a décima limpia”.

Ponemos en manos del lector una obra poética de Pepe que identifica su sencillez y amor al terruño. Otras serán las oportunidades para reconocer su obra y también la sugerencia de que usted puede ayudar en esta sección enviándonos obras de escritores ya fallecidos y que sería oportuno reconocer su labor creadora.

              Recuerdos de un Cienaguero






      José Anca Lobato (Pepe)

Antes, en mi juventud
Al  no poder estudiar,
me gustaba improvisar
con un anciano laúd.
No encontraba otra virtud
En mi rincón apartado
Que, por todos olvidado,
Era como un mundo ajeno
Donde era víctima el bueno
Y el malo no era juzgado.

El hacha, el monte, el calor…
Apagaban mi sonrisa
Y era mi piel sin camisa
Un manantial de sudor.
Bajo el techo protector
De una palma florecida
Aunque era triste mi vida,
Haciendo un supremo esfuerzo
Saludaba con un verso
A mi ciénaga querida.


 





El ritual


  

               Alexei Sánchez (Cuento)                                                                                       
                                       


Necesitaba encontrar a la persona que había moldeado en sus sueños. Una voz muy profunda en su corazón, le decía que era posible. Por eso, siguió con precisión todos los pasos del ritual, y pétalo tras pétalo, deshojó la flor de la soledad...
Al final, cuando sólo le quedó el centro de la flor, se encontró a sí mismo.


Las Profecías



Los caballos, siguieron La Profecía al pie de la letra. Cuando comenzó el diluvio, ya estaban dentro de la gran nave. A los cuarenta días, el cielo dejó de ser mar, y encontraron la isla prometida.
Ya en tierra, los caballos, agradecieron a su dios por haberlos salvado.  Sólo faltaba por cumplirse la última parte de La Profecía: “...y serán sangre de los dueños del mundo”.
Las hormigas siguieron La Profecía al pie de la letra. Cuando comenzó el diluvio, a salvo en su isla, comenzaron la construcción de la gran máquina trampa. A los cuarenta días estuvo lista.
 Las hormigas, junto a la gran estructura, agradecieron
a su dios, porque esa mañana los caballos habían desembarcado.

Poco faltaba para que se cumpliera la última parte de La Profecía: “...y con el nuevo alimento serán las dueñas del mundo”.

        



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