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martes, 16 de noviembre de 2010

Tres partes, para recordar.


Por Efraín Otaño Gerardo
A Hydael y Jesús, mis amigos ausentes
“…¿qué han hecho los adultos
con la llave de la puerta de la torre de los sueños?
¿La perdieron? Sí, la perdieron…
(Fragmentos de la obra
“De magia, de ternura y de personas mayores…para la vida,
 de Hydael Faget e Ileana Chávez)

Parte I. “De magia…

Una vez exprimí el panal de letras contra mi mano y nació la vocación artística, muy cuestionada entre familiares y amigos por aquellos tiempos. Se quedaron dormidas dichas inquietudes casi durante once años de mi vida cañera y agrícola, pero de nuevo vendría, entre las flores silvestres y el olor a fango de mi tierra, el despertar de la pequeña cuota de estética necesaria para encaminar mis pasos en el mundo de fantasía que tanto soñaba: el Korimakao estaba allí, a unos pasos de mi oficina de administrador de la escuela primaria y la oportunidad vino sobre un torbellino de textos, acciones y enseñanzas.
Entonces comprendí que mi vida se movía entre alimentar duendes y descubrir el secreto de las piedras.
Entré al Conjunto Artístico el 6 de enero de 1995 porque uno de sus actores, Jesús Castro o “Chuchi”, como le decíamos todos, se había ido en aquel momento. Otro artista, instructor este, me enseñó mucho por aquellos días y luego me siguió enseñando por muchos otros; Hydael Faget. Luego ambos serían mis compañeros de locuras, mis colegas de arte, mis amigos ausentes y juntos salimos corriendo para arrancarle al gran humedal sus susurros, su misteriosa cultura preñada de sabiduría y originalidad, metidos entre la turba de sus canales y  la inmensidad de su belleza.

Parte II. …de ternura…

Hydael Faget y Jesús Castro se fueron antes de tiempo, dejaron de existir por esas cosas inverosímiles que tiene la vida. Intelectual, humano, peleón; el primero. Cenaguero de pura cepa, genioso, ocurrente; el segundo. Buenos amigos, los dos, con la ternura del ser humano que comparte lo que tiene sin pedir nada a cambio, solo por esa cuota de amor que reclama la creación artística.
Nos fuimos compenetrando en el fragor de los ensayos, del arroz con chicharos y el “milordo” con pan; de las noches interminables de frío, sereno y “jodedera”…
Hydael fue el Rey de la “mala suerte”, Jesús, el príncipe de las “salidas inesperadas”. Si repartían dos huevos por persona en alguna gira, al llegarle el turno a Hydael, comenzaban a dar uno “porque no iba a alcanzar”; si a la hora de la merienda daban (envuelto en servilletas) pan con queso, el pan de Hydael no tenía queso; le tocaba el pollo más chiquito, el colchón más pelotudo, el asiento más roto…
Jesús encontraba la respuesta más efectiva en cuestiones de segundos: si las tuercas de las gomas de la guagua no aflojaban se debía a que eran “rosca izquierda”, si había que hacer antorcha,  las llevaba para decir “que las había hecho él”; y en eso de embaucar a otros en los trabajos que le mandaban a hacer, tenía el uno.
Pero eso sí, ambos tenían la mirada limpia, la frente erguida, el pecho ardiente…

Parte III. …y de personas mayores…para la vida”

Guardaré con gratitud esa etapa de mi vida, como página imborrable de un libro de amor y lejos de lo que cualquiera pueda pensar, se me antoja asegurar que estos dos hijos de la ciénaga,  alcanzaron la condición de Korimakaos y se la llevaron para la gloria. Hoy los recuerdo como eran: Intelectual, humano, peleón; el primero, Cenaguero de pura cepa, genioso, ocurrente; el segundo.

 Dunia y Adonay, alumnas de Faget
y amigas en la escena de Jesús

Por estos días, a raíz de los aniversarios de sus muertes, y recordando las veladas a la victoria de Girón que tantas horas de sueño nos quitaba, los hemos evocado entre amigos, y reafirmo que se fueron antes de tiempo, que la vida les jugó una mala pasada a pesar de sus pasos, de sus nombres. Que estarán en el Parnaso de la sensibilidad, como guardianes del bien, juntos en la escena, siempre dispuestos a cumplir con las enseñanzas de “Sacacuero”, emblemático personaje que interpretó Hydael, cuando le decía a “Trabanca”, personaje interpretado por Jesús: “las cosas no se hacen pa´ que los demás te vean, sino pa´ sentirla; porque las verdaderas cosas son las que se quedan retozando aquí adentro (señalando la cabeza) y acá dentro (señalando el corazón)”. (Personajes de “La Hoguera”, de Saúl Roger)
Nada, quizás ellos guarden la llave de la puerta de la torre de los sueños que otros perdieron y a mi quede el recuerdo inolvidable de mis amigos ausentes.

3 comentarios:

  1. leer estos comentarios es como recordar epocas de mucha Pasión de sinceridad, de amor por la tierra, esa que nos enseño a soñar en grande, que nos hace recordar estos dos seres humanos que sacrificaron todo por algo "El arte" a estos camaradas de muchas millas recorridas en el mundo de dar alegrias a cammbio de una sonrisa Al sabio sacacuero, o al inquieto trabanca a ustedes donde quiera que esten mis mas grande respeto
    Que triste la despedida
    Ya la noche se vuelve gris
    Las estrellas desaparecen
    Y el pentagrama se aborrece

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  3. Gracias Efraín, por comenzar a rescatar cosas de valores incalculables, este trabajo si hubiera que definirlo con una palabra seria EMOCION es asi como lo calificaria.Gracias hermano. Hay una frase con la que he vivido durante muchos años... y ha sido bandera para mi ...pertenence a una de mis peliculas favoritas en que el personaje central dice:"La vida es una sola y transcurre sobre una cuerda floja, lo importante no está en mantener el equilibrio;sino en saltar la cuerda de cualquier forma" asi tambien son los sueños, asi es el arte..así han sido todos los que de una forma u otra hicieron Korimakao,lo gestaron, lo pujaron, lo parieron...cada uno en el moento que les tocó.Tanto Jesús como Faget son nombres, figuras, gente de su tiempo y del nuestro inolvidables...y donde quiera que esten en perenne rebrote, referencias obligatorias para lo que vendrá. Así somos ¿quién lo duda?
    Gracias.

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